El comediante Carlos Balá, una figura clave del humorismo argentino desde hace más de medio siglo, que divirtió en tono familiar a tres y hasta a cuatro generaciones con un estilo naif y con latiguillos que siguen siendo recordados y repetidos en el decir popular, falleció a los 97 años, según confirmó esta mañana su nieta, Laura Gelfi.
«Estamos devastados pero unidos y así se fue él, con la familia unida y mucho amor», afirmó la nieta en declaraciones formuladas a Teleshow, en las que precisó que el fallecimiento se produjo anoche, luego de que sufriera una descompensación y debiera ser internado de urgencia.
Emblema de la infancia de toda una época, cuya vigencia perduró y fue pasando de padres a hijos y luego a nietos, Carlitos Balá había sido homenajeado en 2017 en la Cámara de Diputados de la Nación por su «trayectoria artística y su aporte a la cultura popular».
«Aquí llegó Balá», «heaheaaaapepe» y «¿Qué gusto tiene la sal?», el «sumbudrule», el «mirá cómo tiemblo», «está un kilo y dos pancitos» o «más rápido que un bombero», «seriola con techito por si llueve», «zazaza zazaza», «gestito de idea», son apenas algunas de las frases que acuñó y que quedarán grabadas en la memoria.