Este es el diagnóstico que trazaron especialistas consultados por Télam a dos semanas del 18 de abril, fecha tope para el pago anual de impuestos en EEUU.
Los analistas plantearon que el sistema impositivo «moderadamente progresivo» del país con el mayor PBI del mundo coexiste con una «creciente desigualdad» producto del estancamiento de los salarios y de la liberalización financiera, que favorece a los muy ricos.
Frente a ese panorama, la gestión demócrata de Joe Biden presentó hace unos días un proyecto de presupuesto para el año fiscal 2023 que propone aumentos impositivos para las corporaciones y los hogares de mayores ingresos, la creación de un tributo dirigido a los hogares con ingresos superiores a los US$ 100 millones y una suba del 21% al 28% en la tasa de las sociedades.
En el anuncio, Biden atribuyó la necesidad de incrementar el gasto a la situación internacional (habló de «luchar contra la agresión rusa») y mencionó que el paquete de medidas buscará que las multinacionales con actividad en EEUU no puedan utilizar a los paraísos fiscales para reducir su carga tributaria dentro del país.
El freno a la evasión sistemática es un tema de debate en el mundo que atraviesa a la Argentina, sobre todo luego de que el Frente de Todos presentara en el Senado un proyecto de ley que crea un aporte de emergencia para cancelar la deuda con el FMI con los bienes no declarados en el exterior de contribuyentes argentinos.
Biden atribuyó la necesidad de incrementar el gasto a la situación internacional producida por la invasiòn rusa a Ucrania
Para describir el mapa impositivo de EEUU, el consultor argentino Matías Vernengo, doctor en Economía por la New School for Social Research de Nueva York y docente de la Universidad de Bucknell, lo definió en diálogo con Télam como «un sistema de impuestos moderadamente progresivo» que sin embargo debe lidiar con «fuerzas que van en la dirección contraria», por efectos de la «desindustrialización» y la «desregulación».
Desde la Bolsa de Valores de Nueva York, un especialista que dialogó con esta agencia y que trabajó más de diez años en el área de sistemas del mayor mercado de valores del mundo analizó las prioridades de la administración demócrata en esta materia.
Para el analista, la intención de Biden es, puntualmente, «poner los recursos necesarios en un tema muy delicado, que es la evasión fiscal».
Sobre las distintas modalidades de la evasión, el especialista de la Bolsa neoyorquina Sam J. (pidió a esta agencia no publicar su apellido) explicó que sus «campos de aplicación» abarcan en la actualidad «la obsolescencia planificada o no planificada de los equipos de cómputo, el código tributario y algunas otras lagunas estructurales» que facilitan la fuga y el ocultamiento de activos.
La intención de Biden, siguió el experto consultado por Télam, es «delimitar» las zonas grises sin regulación, lo que incluye también a las cibermonedas, para evitar la no declaración de ingresos tanto por individuos como por corporaciones y de ese modo eludir la carga fiscal.
Estos objetivos, paradójicamente, parten de un sistema impositivo intransigente y alimentado por una sociedad proclive al pago de impuestos, que incluso considera «nada aceptable» hacer trampa para evadir: lo que en EEUU llaman fraude fiscal.
Una encuesta de la Internal Revenue Service (IRS) del año 2017 grafica esa disposición, al reflejar que el 88% de los estadounidenses rechaza como algo moralmente inaceptable «hacer trampa y evadir impuestos».
Sin embargo, esta tradición favorable al pago de los tributos debe lidiar con los desarrollos tecnológicos que hacen posible nuevas formas de elusión, y es por esa razón que las leyes impositivas siempre parecen correr atrás a los evasores.
En cuanto a su composición, la estructura impositiva de EEUU está constituida en un 51% por impuestos sobre la renta de las personas físicas, en un 31% por los impuestos al Seguro Social y Medicare, 9% proviene de ingresos sobre las ganancias corporativas y el restante 9% en otros segmentos impositivos, según estadísticas oficiales del DataLab, la base de datos del Departamento del Tesoro.
Una encuesta de la Internal Revenue Service (IRS) del año 2017 grafica esa disposición, al reflejar que el 88% de los estadounidenses rechaza como algo moralmente inaceptable «hacer trampa y evadir impuestos».
Por otro lado, en EEUU la naturaleza progresiva de los impuestos federales se retroalimenta con las tasas diferenciales que se aplican según el nivel de ingresos: en 2021, las tasas impositivas fueron del 10 %, 12 %, 22 %, 24 %, 32 %, 35 % y 37 %, de acuerdo a la información publicada por la IRS en su sitio web.
El porcentaje inferior, del 10%, se aplica a los ingresos inferiores a US$ 9.950 dólares al año para individuos solteros y US$ 19.900 anuales para parejas casadas con declaraciones de impuestos conjuntas, mientras que la tasa más alta -del 37%- se aplica a quienes tengan ingresos superiores a US$ 523.600 al año para contribuyentes solteros y US$ 628.300 para contribuyentes casados que paguen los impuestos conjuntamente.
Sin embargo, la progresividad impositiva trae como correlato la resistencia de las elites a pagar más.
Un informe de marzo de 2021 de la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de EEUU comprobó que los ingresos no declarados con el objeto de eludir cargas del fisco equivalen al 7% de los ingresos reales entre los contribuyentes con ingresos medios y bajos (50% inferior de la base impositiva).
En cambio, entre los grandes contribuyentes (el 1% de la base impositiva) el porcentaje de los ingresos que no se declaran llega a más del 20% de los ingresos reales, para lo cual suele apelarse -detalló el mismo informe- a «un proceso de evasión sofisticada no fácilmente detectable».
Con esta radiografía del sistema impositivo y el cumplimiento dispar de los contribuyentes según estrato social, se explica por qué la aplicación para celulares TurboTax, producida por la empresa Intuit y de uso muy difundido en EEUU, alienta a pagar impuestos difundiendo los rostros de los principales evasores en la historia del país. Por allí aparecieron el mafioso Al Capone y los actores Sophia Loren y Nicholas Cage.
En abril de 2021, al hacer un balance de la actualidad impositiva ante el Comité de Finanzas del Senado, el jefe de la IRS Charles Retting advirtió que la agencia de recaudación «carece de los recursos para detectar fraudes fiscales» y mencionó como uno de los principales problemas el bache regulatorio en la circulación de criptomonedas.