La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, afirmó este sábado que la creación de barreras en el comercio y el intercambio durante el último año le puede costar a la economía mundial US$ 1,4 trillones.
“Me gustaría ver que se reviertan algunos de los bloqueos hacia China y globalmente”, sostuvo Georgieva en una entrevista con Bloomberg Televisión.
De acuerdo con las estimaciones de la titular del FMI, la división del mundo en “dos bloques de intercambio” le hará perder a la economía global US$ 1,4 trillones, equivalente a “1,5% del Producto Bruto”.
El panorama resulta más sombrío para Asia, que podría perder más del 3% del PBI al ser una región más integrada a la cadena de valor global.
Georgieva indicó que Asia se encuentra mejor equipada «para resistir los shocks económicos al contar con significantes reservas y cooperación entre los países».
Una visión en línea con la OMC
La visión del Fondo coincide con la de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
En un informe emitido el mes pasado, la directora gerente del organismo, Ngozi Okonjo-Iweala, afirmó que “aunque las restricciones comerciales pueden ser una respuesta tentadora a las vulnerabilidades del suministro que pusieron de manifiesto las perturbaciones de los dos últimos años, un repliegue de las cadenas mundiales de suministro sólo agravaría las presiones inflacionarias, lo cual llevaría, con el tiempo, a una desaceleración del crecimiento económico”.
Más allá de las sanciones y las restricciones al comercio, para Georgieva el principal factor que impacta en el crecimiento mundial es la guerra entre Rusia y Ucrania.
“El factor más dañino para la economía mundial es la guerra. Cuanto antes termine, mejor”, afirmó la jefa del FMI, quién se encuentra en Bangkok donde se desarrolla la vigésimo novena Reunión de Líderes Económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés).
El FMI ya recortó sus perspectivas de crecimiento en el mundo en diversas oportunidades este año: en octubre redujo la expansión prevista para 2023 a 2,7%, lejos del 3,8% que estimaba en enero pasado.
De hecho, los cálculos prevén que un tercio de la economía mundial registrará, al menos, dos trimestres consecutivos de pérdida entre este año y el próximo.
Una de las grandes consecuencias de la guerra –señaló- son la inflación y la apreciación del dólar que afectan de lleno a los países en desarrollo y emergentes.
En el caso del dólar, su valorización motiva a que los inversores redirijan sus fondos a activos más seguros, de la mano de perspectivas y signos de que la economía mundial se encamina hacia una recesión.
“Si le agregamos a esto la fragmentación en la economía mundial, es como echar nafta al fuego. Nadie se beneficia de ello”, reiteró Georgieva.
Consultada por el riesgo de default de la deuda soberana en los países en desarrollo, la directora del organismo afirmó que el FMI “no está todavía alarmado pero si en alerta”.
Según el FMI, cerca del 25% de los mercados emergentes se encuentran en dificultades con la deuda, cifra que asciende al 60% en el caso de los países de bajos ingresos.
Georgieva recomendó a dichos países, impactados por el alza del costo de la deuda denominada en dólares, a resguardarse y buscar asistencia de forma temprana en el propio FMI.
Egipto, Jordania, Pakistán, Mauritania y Bangladesh son algunas de las naciones que recientemente recurrieron a la asistencia del Fondo, impactados por la deuda y la escasez de reservas.
Por su parte, en el caso de los países europeos, para la titular del Fondo “el impacto de la guerra es significante”, y estimó que “mitad de la Unión Europea puede encontrarse en recesión el próximo año”.