La víctima no se da cuenta, pero en su celular tiene instalado un programa espía. Esta práctica se llama stalkerware, con la que a través de una app se rastrean los movimientos de una persona: desde sus mensajes y su localización, hasta su actividad en redes y un capturador del teclado. El dato preocupante es que un 53% de los argentinos desconoce la existencia del stalkerware y por consiguiente si está sufriendo este tipo de acoso digital, de acuerdo con un estudio. ¿De qué se trata, cómo detectarlo y de qué forma protegerse?
Son aplicaciones que se pueden descargar de las tiendas de apps y que están registradas de forma legal. La diferencia es que tienen un disfraz: se comercializan, por ejemplo, bajo la apariencia de soluciones de actividad parental. Sin embargo, el stalkerware se utiliza de manera sigilosa, sin que las víctimas sepan que sus dispositivos están siendo monitoreados.
El 53% de los argentinos no sabe qué es el stalkerware y no tiene forma de reconocer si están siendo acosados digitalmente y, por ende, ignoran cómo protegerse, de acuerdo con el estudio “Acoso Digital en las relaciones», elaborado por la empresa de seguridad informática Kaspersky, que fue presentado esta semana en una conferencia de prensa de la que participó Télam.
Y dado que el stalkerware se instala accediendo físicamente a los dispositivos, lo suele realizar en general alguien cercano a la víctima: el cónyuge, un familiar o la pareja sentimental. En este punto, el estudio revela que la «posibilidad de instalar software espía en los dispositivos de las víctimas puede surgir a partir del comportamiento de las personas».
«Las parejas a menudo se dicen la contraseña de su celular y la encuesta lo confirma, en Argentina el 57% de las personas consultadas conocen la contraseña de su compañero/a y también han proporcionado la suya», explicó a Télam Carolina Mojica, gerente de Producto para el Consumidor para las regiones Norte y Sur de América Latina en Kaspersky.
La especialista comentó que, desde el punto de vista de la seguridad, otro «hábito digital preocupante es compartir servicios en la nube, como iCloud y Google Account, entre miembros de la misma familia. El 36% de los argentinos lo hace y esta es otra opción tecnológica que permite rastrear a alguien, pues estos servicios incluyen características de ubicación geográfica, almacenamiento de fotos en la nube, entre otras herramientas que pueden ser explotadas».
Las mujeres: las más expuestas
«En Argentina, son las mujeres quienes tienen un mayor desconocimiento de la existencia de estas aplicaciones, pues entre los encuestados que afirmaron saber qué es el stalkerware hay más hombres (51%) que mujeres (44%)», contó Mojica.
Además, expresó que «entre los argentinos, el 32% de los encuestados dijo haber sido víctima de acoso digital: de ellos, 28% son hombres y 36% mujeres. Todas estas cifras permiten concluir que son ellas quienes están más expuestas a ser víctimas de violaciones a la intimidad».
Entre las formas más comunes de acoso digital, el estudio destaca: monitoreo del teléfono móvil (44%), uso de dispositivos de monitoreo especialmente diseñados (18%), programas instalados en computadoras (23%), espionaje de cámaras web (14%) y dispositivos domésticos inteligentes (11%).
Allí también se remarcó que el 13% de las víctimas no pudo responder cómo se produjo el acoso, lo que demuestra el desconocimiento de la existencia de estas herramientas.
En 2019, diferentes organizaciones y empresas formaron la Coalición Anti Stalkerware (CAS), que actualmente está integrada por más de 40 miembros de todo el mundo: especialistas que trabajan en diferentes áreas relevantes como apoyo a víctimas, defensa de los derechos digitales, la seguridad informática, la academia y la investigación de seguridad.
Por primera vez desde su creación, la CAS cuenta con un integrante de América Latina: la ONG mexicana Luchadoras, que realiza una importante labor apoyando a mujeres afectadas por el acoso digital.
Durante la presentación del estudio, Aimée Vega Montiel, especialista en Derechos Humanos de las Mujeres, Medios de Comunicación y Tecnologías de la Información, comentó: “Los hallazgos de este informe son relevantes y nos ayudan a entender que el stalkerware es solo una de muchas formas de violencia digital».
A su vez, añadió, «representan una extensión de la violencia contra las mujeres, misma que no puede ser abordada únicamente con un enfoque punitivo sino con una visión holística que promueva la cultura de los derechos humanos de las mujeres. La tecnología no puede ser excluida en este enfoque”.
«En muchos países el stalkerware cae en un vacío legal. Es importante que los gobiernos tengan conciencia de este problema que es poco conocido», remarcó Judith Tapia, gerenta de Producto para el Consumidor para México en Kaspersky.
¿Mi celular tiene stalkerware? Estas son algunas señales
● Un “comportamiento inusual” de un dispositivo (como puede ser, por ejemplo, una batería que se agota con demasiada rapidez, picos en utilización de datos, aumentos inexplicables en los informes de tiempo de visualización semanales y recibir notificaciones extrañas) puede ser una señal. No necesariamente esto implica stalkerware.
● Es importante verificar los permisos de las aplicaciones instaladas: el stalkerware puede disfrazarse bajo una app falsa con acceso sospechoso a los mensajes, registros de llamadas, localización y otras actividades personales. Por ejemplo, una aplicación llamada «Wi-Fi», con geolocalización, es un candidato sospechoso.
● Analizar la configuración de «fuentes desconocidas» en los dispositivos Android. Si las «fuentes desconocidas» están activadas en el dispositivo, podría ser una señal de que se ha instalado un software no deseado por parte de un tercero.
● Revisar el historial del navegador. Para descargar el stalkerware, la persona acosadora tendrá que visitar algunos sitios web que el usuario afectado no conoce. También es posible que no haya ningún historial porque la persona acosadora lo ha borrado.
● Es útil usar alguna protección de ciberseguridad en el celular que lo proteja de amenazas móviles, incluyendo el software espía, y realizar escaneos periódicos del dispositivo.
Si una persona encontró stalkerware en su dispositivo, especialistas recomiendan «no apresurarse a desinstalarlo ya que la persona acosadora lo sabrá» y eso puede trasladarse en un riesgo potencial para la seguridad de la víctima.
Antes de eliminar el software, es importante conservar alguna evidencia del stalkerware para fines legales. Además, aconsejan contactar a las autoridades locales y organizaciones que apoyan a las víctimas de la violencia doméstica.