Bolivia estará en condiciones de enviar en los meses de invierno mayores volúmenes de gas natural a la Argentina, por encima de los 14 millones de metros cúbicos que entregó el año pasado, lo que será refrendado en el encuentro que mantendrán el jueves en Buenos Aires los presidentes Alberto Fernández y el boliviano Luis Arce, quien llegará al país en su primera visita oficial.
El diálogo entre ambos jefes de Estados -previsto para la mañana del jueves- también podrá incluir la firma de un acuerdo marco de cooperación.
También se trabaja en la posibilidad de cerrar un acuerdo para el desarrollo de un centro de investigación binacional en torno a la producción del litio, mineral que los dos países pretenden desarrollar para atender la demanda de almacenamiento de energía.
El embajador en Bolivia Ariel Basteiro señaló que la quinta adenda vencida el 31 de diciembre «se venía postergando sin posibilidad de acuerdo» entre las empresas Integración Energética Argentina (Ieasa) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), debido a la imposibilidad del vecino país de comprometer el envío de los volúmenes de gas que nuestro país prevé necesitar para afrontar el pico de demanda invernal.
«El acuerdo se empezó a acelerar con el encuentro de los presidentes en Chile», en ocasión de la asunción del mandatario trasandino Gabriel Boric, en el cual «Alberto Fernández le planteó a Arce la necesidad de resolver la cuestión de la provisión de gas», a partir de lo cual comenzó un intercambio de propuestas técnicas que permitió hoy «estar muy cerca de un acuerdo», dijo Basteiro.
Como parte de esas negociaciones, el representante diplomático señalo que Bolivia le pide a la Argentina garantizar los envíos de trigo para la producción local de harina y mantener los niveles históricos que requiere el mercado boliviano.
“Bolivia sabe que Argentina es un país aliado y amigo, y la relación entre ambos presidentes fue determinante para conseguir un acuerdo”, aseveró el embajador al destacar que a partir de este entendimiento Argentina “tendría garantías de provisión de gas en el invierno” y permitiría reducir la necesidad de importar a través de buques gasíferos Gas Natural Licuado (GNL).
El acuerdo que podrían cerrar los presidentes esta semana prevé «un envío de gas de Bolivia superior a lo que entrego el año pasado, de entre 16 y 18 millones de metros cúbicos por día para los meses de invierno», que equivale a una mejora en torno al 20% promedio frente a los 14 millones de metros cúbicos que la Argentina recibió en 2021, y 30% mayor que en 2020.
A raíz de la falta de entendimiento, IEASA e YPFB acordaron para los primeros tres meses del corriente año un envío de gas de 7,5 millones de metros cúbicos diarios (Mm3/d), volumen que ahora podrá más que duplicarse a partir del nuevo convenio.
«La decisión de Bolivia es muy fuerte y comprometida para buscar una solución al requerimiento de la Argentina», subrayó Basteiro al explicar que el gobierno de Arce decidió reducir los envíos de gas a Brasil para cumplir con las metas que buscaba el país.
En cuanto al precio del gas boliviano, la Argentina estaba pagando US$ 8 por millón de BTU y si bien el contrato reconocerá un incremento producto de la fórmula de cálculo vigente entre las dos partes «será sustancialmente muy inferior a los valores que habría que pagar si en lugar de contar con ese gas hubiera que importar combustibles líquidos o Gas Natural Licuado», que en la actualidad se ubica en torno a US$ 40 el millón de metro cúbico.
Basteiro precisó que el borrador del entendimiento prevé que los volúmenes entregados hasta este martes mantendrán el precio y que todo el excedente nuevo se recalculará a partir de la ecuación.
Para este invierno, la Secretaría de Energía estimó que de mayo a septiembre, el gas nacional representará 73% de la demanda, y que se deberán importar de Bolivia el 9% y de GNL para cubrir el 18% restante de la demanda total proyectada.
La semana pasada IEASA concretó por licitación la compra de los primeros buques de GNL para regasificar en las terminales de Bahía Blanca y de Escobar, en precios promedio de US$ 40 el MMBTU, casi cinco veces más de lo que consiguió un año atrás cuando pagó un promedio de US$ 8,5.
Finalmente, Basteiro contextualizó que las dificultades de Bolivia para cumplir con el contrato original de venta de gas responde «a una falta de inversión en exploración y en el mantenimiento de pozos que sufrieron los yacimientos bolivianos durante la dictadura de Jeanine Añez, lo que se está empezando a revertir con pozos que están mejorando su productividad».