Los ataques contra Kamala Harris, la primera mujer y la primera persona negra y del sur de Asia en ocupar el cargo de vicepresidenta de los Estados Unidos, provocaban en las últimas horas discusiones en las filas republicanas. Se trata de embestidas de carácter racista y sexista de tono denigrante que amenazan con desviar la atención del esfuerzo concertado del partido por centrarse en las
políticas de Harris, analizan los entendidos.
Los aliados de Trump, incluidos algunos miembros de la coalición «Black Americans for Trump», advierten que menospreciar a Harris podría perjudicarlo en su acercamiento a los votantes negros, un grupo demográfico crucial en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre . En entrevistas con nueve legisladores republicanos y 11 mujeres republicanas negras que apoyan a Trump, ocho apuntaron que se deben evitar los ataques personales a Harris, precisó un informe de la agencia de noticias Reuters, según el cual, todos fueron «cautelosos» en sus comentarios y enfatizaron su continuo apoyo a Trump.
«Creo que hay una manera de criticarla sin mirar debajo de su ropa», consideró Rae Easley, presentadora de un programa de radio conservadora negra en Chicago y miembro de la coalición «Black Americans for Trump», un grupo poco organizado de aliados negros que respaldan a Trump. Pero varios miembros del Congreso se hicieron eco de sus sentimientos.
«Me opondré a la vicepresidenta Harris por lo que ha hecho, no por quién es», apuntó el representante Dusty Johnson, quien preside el bloque de 75 miembros del Partido Republicano. Para Madgie Nicolas, copresidenta de Haitianos por Trump y directora nacional de voces afroamericanas de la Coalición Fe y Libertad, «es una pelea desagradable» y «los demócratas tienen tendencia a hacerse las víctimas».
Trump tiene antecedentes de atacar a oponentes políticos, incluidas otras mujeres negras en el poder, como la fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani Willis, quien está procesando su caso de interferencia electoral en Georgia. Figura también en la lista la jueza de distrito estadounidense Tanya Chutkan, asignada al caso federal en su contra por intentar anular los resultados de las elecciones de 2020.
En un mitin en Carolina del Norte el miércoles, Trump no atacó a Harris por cuestiones de género o raza. En cambio, describió una posible presidencia de Harris en términos apocalípticos.
«Ella es una lunática de izquierda radical que destruirá nuestro país», alertó Trump. La portavoz de Trump, Karoline Leavitt, de su lado, comentó que los votantes rechazarían a Harris no por su raza y género, sino por sus políticas fallidas.
Un portavoz de Harris, cuya incipiente campaña generó una oleada de recaudación de fondos y activismo de base, señaló que ella se mantiene centrada en su trabajo. «Estos ataques son contraproducentes e incluso los republicanos lo saben», comentó Sarafina Chitika.
Alguien en las redes sociales llegó a menospreciar a Harris porque no tiene hijos biológicos, haciéndose eco de un comentario que el compañero de fórmula de Trump, JD Vance, deslizara en 2021, cuando la criticó a ella y a otros demócratas como «un grupo de mujeres amantes de los gatos sin hijos que son miserables con sus propias vidas». Harris tiene dos hijastros con su marido, el abogado Doug Emhoff. Y la ex esposa de Emhoff calificó el miércoles esos ataques de «infundados» y describió a Harris como una madre «amorosa, cariñosa y ferozmente protectora».
Trump apodó a Harris «Kamala la risueña» o «la mentirosa», pero el último domingo en Grand Rapids, Michigan, la llamó «loca» y «chiflada». Kelly Dittmar, profesora de ciencias políticas en la
Universidad Rutgers, interpretó que los apodos parecían jugar con estereotipos sobre las voces y las emociones de las mujeres, además de buscar emular la pronunciación afroamericana.
«La risa y las carcajadas reales se remontan a los clichés sobre no querer escuchar las voces de las mujeres. No es la risa en sí, es para caracterizarla como molesta. Creo que los apodos intentan señalar el hecho de que es negra» analizó.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, quien asistió a una reunión a puertas cerradas esta semana donde los líderes del partido instaron a los miembros a concentrarse en cuestiones políticas, aclaró que no había hablado con Trump ni con la campaña de Trump sobre cómo enviar un mensaje sobre Harris.
«Como mujer negra, no me gusta que la gente empiece a decir que el color de tu piel te convierte en una persona con derecho a voto. No creo que eso sea justo para nadie», señaló a su turno Corrin Rankin, vicepresidenta del Partido Republicano de California, quien conoció a Harris cuando ambas trabajaban en San Francisco.