Israel cree que más de un tercio de los rehenes que quedan en Gaza han muerto, según reveló el martes un recuento del Gobierno, mientras Estados Unidos buscaba avanzar en su recuperación en el marco de una propuesta para poner fin a la guerra con Hamás.
De las 250 personas arrastradas a la Franja de Gaza por hombres armados dirigidos por Hamás durante el ataque transfronterizo del 7 de octubre que desencadenó la guerra, decenas fueron liberadas en una tregua en noviembre, mientras que otras han sido recuperadas -vivas o muertas- por soldados israelíes.
Según el recuento del gobierno, 120 personas permanecen cautivas, 43 de las cuales han sido declaradas muertas por funcionarios israelíes basándose en diversas fuentes de información, como datos de los servicios de inteligencia, vídeos de cámaras de seguridad o de transeúntes y análisis forenses.
Algunos funcionarios han dicho en privado que el número de muertos podría ser mayor.
Hamás, que amenazó al principio de la guerra con ejecutar a rehenes en represalia por los ataques aéreos israelíes, ha dicho desde entonces que esos ataques causaron la muerte de rehenes. Israel no lo ha descartado en todos los casos, pero ha dicho que algunos cuerpos de rehenes recuperados mostraban signos de ejecución.
El lunes, cuatro rehenes más se añadieron a la lista de víctimas mortales de Israel.
El viernes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo pública una propuesta israelí para poner fin a la guerra, según la cual algunos rehenes quedarían en libertad durante un alto el fuego preliminar.
Pero los esfuerzos de mediación para cerrar ese acuerdo se han estancado, ya que Israel insiste en reanudar finalmente la campaña para destruir a Hamás, mientras que el grupo islamista palestino exige que se garantice el fin de la guerra y la retirada de todas las fuerzas invasoras.