La decisión de la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, de convocar a una sesión en el Senado para tratar el mega DNU -y que desde el peronismo dejan abierta la posibilidad a que sea rechazado- elevó su tensión al máximo con el presidente Javier Milei. El mandatario no solo pidió que se difunda un comunicado para repudiar la iniciativa (con amenaza a los senadores incluida) sino que también dio el beneplácito para que su ejército de troll fustigue a su vicepresidenta.
«Villarruel tiro un all in en el casino. Se mandó sola para que se trate el DNU. No sale y hay que colgarla en la Plaza«, amenazó TDM, uno de los seguidores más populares de Milei. Al correr de las horas, y luego de que varios medios pusieran la lupa, la publicación fue eliminada.
En esa misma línea, Usdtermo, la cuenta que en las redes vinculan al diputado provincial Agustín Romo, pese a que él lo niega, sentenció: «Bueno, está la firma de Villarruel para tratar el DNU mañana en el senado. Se mandó sola, eso quiere decir que tiene los votos para aprobarlo… no? Los votantes de Milei esperamos que si«.
«Espero que Villarruel tenga los votos para convalidar el DNU, porque si llamó a sesión sin tenerlos… mamita», dijo El Trumpista, cuenta «amiga» de Juan Doe y otros tuiteros que forman parte del Gobierno.
Sin embargo, el descontento entre los ultraderechistas no se redujo solo a las redes sociales. En la tarde de este miércoles, la Oficina del Presidente emitió un comunicado en el que apuntó -sin decirlo- a la vicepresidente pero sobre todo buscó un último intento para presionar a los senadores nacionales. «Tanto tratamiento apresurado del DNU 70/23 como la iniciativa de promover una fórmula jubilatoria sin consenso violentan el espíritu de acuerdo promovido por el Presidente en su convocatoria al Pacto de Mayo», fue el eje central del documento gubernamental.
En otro tramo, el Gobierno deja implícito que este jueves, en el Senado, la moneda podría caer en el lado que menos desean. «Esperamos a que el Poder Legislativo no se deje cautivar por el canto de sirena de quienes pretenden ‘anotarse’ victorias de corto plazo en detrimento del futuro de los 45 millones de argentinos».
Crónica de una interna anunciada
La relación entre Milei y Villarruel ya había mostrado algunos signos de tensión, que no pasaron desapercibidos, pero que parecían mantener una tensa calma, al menos hasta hoy.
Uno de los primeros episodios en los que la Vicepresidenta quedó expuesta ante la marginación de los núcleos de decisión en su gobierno, tuvo lugar cuando el presidente designó a Patricia Bullrich al frente del Ministerio de Seguridad y luego a Luis Petri en Defensa, dos espacios que ella había reclamado para la gente de su entorno y que el propio Milei le había prometido públicamente en varias entrevistas.
Al menos hasta el balotaje, Villarruel tenía prácticamente asegurado el control de ambas carteras, donde tenía planeado designar funcionarios de su círculo más cercano: sonaban respectivamente el diputado electo Guillermo Montenegro —hijo de militares— y el coronel retirado del Ejército Jorge Eduardo Lenard Vives, exresponsable de investigaciones de la Aduana durante la gestión de Gómez Centurión. Desde el círculo más íntimo de Milei, la acusaron además de querer avanzar hacia otras áreas como la AFI, y hasta llegaron a decir que le había presentado al embajador de Estados Unidos a su elegido para esa función.
Ese fue el primer quiebre de la relación, pero no el único. En los primeros meses de gestión, la Vicepresidenta visitó y se reunió con varios gobernadores, entre los que se cuentan a Maximiliano Pullaro, Gustavo Sáenz, Gustavo Valdes, Hugo Passalacqua, Osvaldo Jaldo, Raúl Jalil y Carlos Sadir. Estos encuentros no pasaron desapercibidos porque se dieron en el momento de mayor tensión con el Gobierno nacional, cuando el propio Milei había anunciado el corte de todo tipo de puentes con los mandatarios provinciales.
Otra muestra más de que Villarruel estuvo (y está) haciendo su propio camino fueron los trascendidos respecto a sus reuniones «secretas» con el expresidente Mauricio Macri, con el presunto objetivo de desplazar del poder a Milei. Por aquel entonces, la Vicepresidenta no se preocupó demasiado en aclarar los rumores y solo atinó a decir: “Mi objetivo es cumplir el mandato como vicepresidenta hasta el 10 de diciembre de 2027″, mientras las versiones de su ambición presidencial adelantada estaban en alza.
Sin embargo, la desconfianza del Presidente, y su hermana Karina viene de antes del balotaje, cuando Villarruel armó su propio logo, hizo un acto donde la vitorearon, e incluso se desmarcó una y otra vez. “Cómo no voy a confiar en mi candidato a presidente, si en dos años cambió los términos de la discusión política en la Argentina”, había dicho la entonces candidata, exultante, como respuesta a un cronista de televisión que le preguntaba sobre sus diferencias con la estrategia comunicativa de Milei.
Lo cierto es que la estrategia discursiva de Villarruel es decir siempre lo que quiere, más allá de lo que le pregunten. Calcula al detalle sus intervenciones públicas y las palabras que dice, mientras sonríe, hierática. Implacable.