El sismo de magnitud 7,5 y sus réplicas arrasaron amplias zonas del centro de Japón y de la prefectura de Ishikawa, en la costa del mar de Japón, hundiendo edificios, estropeando carreteras o provocando importantes incendios.
Desde el terremoto del 1 de enero se registraron más de 1.200 réplicas y el 9 de enero pasado se produjo un sismo de magnitud 6 frente a la costa del mar de Japón que sacudió nuevamente la zona, pero no desencadenó una alerta de tsunami, según indicaron las autoridades niponas.
En tanto, el servicio geológico de Estados Unidos calibró la magnitud de este último sismo en 5,8.
Según una estimación de Gobierno local, los daños en Ishikawa y otras dos regiones vecinas pueden costar entre 1,1 billones a 2,6 billones de yenes (7.400 millones a 17.600 millones de dólares), según publicó esta mañana la agencia AFP.
Estas cifras se quedan lejos de los 16,9 billones de yenes de daños causados por el terremoto y el tsunami de 2011 en el noreste de Japón, por el que fallecieron 18.500 personas y provocó un desastre nuclear en la central de Fukushima.
Las autoridades revelaron este jueves el detalle de los planes de reconstrucción de Ishikawa, donde la nieve y los daños en la red vial complicaron las tareas de rescate y asistencia.
Aunque el país está acostumbrado a los terremotos y dispone de estrictas normativas de construcción, algunas zonas rurales, como las afectadas por este sismo, cuentan con estructuras más viejas y desprotegidas.