El Ejército israelí anunció que intensificó sus operaciones contra el movimiento islamista palestino Hamas en el sur de la Franja de Gaza, pese a los llamados de Estados Unidos, su principal aliado, de proteger a los civiles palestinos.
El Ministerio de Salud palestino informó que al menos 20.424 personas murieron por los ataques israelíes en el asediado enclave, mientras que otras 54.036 resultaron heridas.
Solo en las últimas 24 horas, 166 palestinos murieron en Gaza, donde se concentran ahora las operaciones israelíes.
Un vocero del Ejército de Israel dijo en una entrevista con la cadena Fox News que estaban concentrando sus ataques en Khan Yunis, una zona a la que llamó «otro bastión de Hamas», ubicada en el sur del enclave.
Cientos de miles de desplazados del norte del estrecho territorio se refugiaron en esta ciudad, donde nació el líder de Hamas en Gaza, Yahya Sinwar.
Israel considera a Sinwar como el máximo responsable del ataque del 7 de octubre, en el que milicianos de Hamas se infiltraron en el sur israelí y mataron a cerca de 1.140 personas, según autoridades israelíes.
Ese día, los islamistas también secuestraron a unas 240 personas, entre ellos una veintena de argentinos, de las cuales 129 siguen cautivas en Gaza, aunque esta semana Hamas dio por muertos a cinco rehenes como consecuencia de un ataque de Israel.
En respuesta, Israel prometió «aniquilar» a Hamas y lanzó una ofensiva terrestre y aérea contra el territorio palestino, gobernado por el grupo islamista desde 2007.
La mayoría de los más de 20.000 palestinos muertos desde octubre son menores y mujeres.
Durante una llamada telefónica el sábado, el presidente estadounidense, Joe Biden, instó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a «proteger a la población civil».
Estados Unidos sigue expresando su férreo apoyo a su histórico aliado, pero insiste cada vez más para que el país baje la intensidad de su ofensiva y lleve a cabo operaciones más focalizadas hacia los dirigentes de Hamas y no a los civiles palestinos.
Netanyahu, que calificó a Biden de «aliado clave», afirmó que el país paga «un alto precio por la guerra» en Gaza, tras la muerte de 14 soldados desde el viernes, lo que elevó el número de muertos israelíes a 153.
«Estamos pagando un alto precio por la guerra, pero no hay otra opción que seguir luchando»Benjamin Netanyahu
«Estamos pagando un alto precio por la guerra, pero no hay otra opción que seguir luchando», declaró Netanyahu al inicio de una reunión de gabinete tras rendir homenaje a los soldados muertos y advertir que el conflicto será «largo».
Asimismo, reiteró su objetivo de destruir a Hamas y que Gaza «nunca más vuelva a constituir una amenaza para el Estado de Israel».
Además, aclaró que es «erróneo» considerar que Washington de alguna forma está «impidiendo» acciones sobre el terreno, informó la agencia de noticias Europa Press.
«Israel es un Estado soberano. Nuestras decisiones en la guerra se basan en consideraciones operativas», no están «dictadas por presión externa», sentenció.
Desde que empezó el conflicto, 103 trabajadores de prensa murieron en Gaza.
En tanto, en el centro de Gaza, equipos de rescate trataban de sacar a personas de un edificio destruido en Deir al Balah.
«Estaba rezando cuando se produjo una gran explosión. Los escombros nos cayeron encima. No sabía qué había pasado», recordó Yazan Moqbel, un herido cuya hermana seguía bajo los escombros.
Israel niega atacar directamente a civiles y sostiene que la destrucción de Hamas es «clave» para que no vuelva a ocurrir una matanza como la que tuvo lugar el 7 de octubre.
Los bombardeos apenas cesaron una semana desde entonces, cuando ambas partes acordaron un alto el fuego a finales de noviembre en el que intercambiaron 105 rehenes retenidos en Gaza por 240 prisioneros palestinos.
Tanto Jabaliya y la Ciudad de Gaza, en el norte, como Khan Yunis, en el extremo sur, volvieron a ser blanco de bombardeos este domingo, según Hamas.
Cerca del 80% de los 2,4 millones de habitantes de Gaza se ha visto desplazada por los combates, según la ONU.
Situación catastrófica
La situación en este territorio, asediado completamente por Israel desde el 9 de octubre, es catastrófica.
La mayoría de los hospitales están fuera de servicio y la población enfrenta altos niveles de inseguridad alimentaria y sanitaria, según la ONU.
Pero Netanyahu, en la llamada con Biden, «dejó claro que Israel seguirá la guerra hasta que todos sus objetivos sean alcanzados», informaron autoridades israelíes.
Netanyahu, el primer ministro israelí que más tiempo lleva en el cargo, mantuvo ásperas relaciones con varios presidentes estadounidenses.
Pero los desacuerdos sobre cómo se libra la guerra en Gaza, cuándo terminará y qué ocurrirá el día después, han tensado aún más los lazos.
Washington permitió aprobar el viernes una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU, en el que se pedía a Israel autorizar el envío «inmediato, seguro y sin obstáculos» de ayuda vital a Gaza «a gran escala».
Las potencias mundiales discutieron durante días sobre las palabras que se usarían en el texto y, ante la insistencia de Washington, prefirieron no incluir el término «alto el fuego» y pusieron «crear las condiciones para un cese duradero de las hostilidades».
Los gazatíes entrevistados por la agencia de noticias AFP se mostraron críticos con la comunidad internacional.
«En lugar de aumentar las entregas de ayuda, dejen de apoyar a Israel y de suministrarle armas, detengan la guerra y dennos la paz», espetó Rami al Jalut, un habitante del norte de Gaza que tuvo que huir a Rafah, en el sur.
La resolución «refuerza la decisión de Israel de matar a más civiles y prolonga la guerra contra este pueblo a cambio de un poco de comida», criticó.