En las últimas horas trascendió el rechazo por parte de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa) a la propuesta de Javier Milei, diputado y candidato presidencial por La Libertad Avanza, con respecto a la eliminación del sistema de salud pública.
El gremio que conduce María Boriotti y que nuclea a más de 30 mil trabajadores de todo el país repudió este viernes la iniciativa que tendría el libertario -en caso de resultar electo en las próximas elecciones presidenciales- con respecto a suprimir la salud pública, tras lo cual la titular del sindicato señaló su «estupor».
De hecho, la entidad emitió un documento en repudio al legislador opositor, quien expresó «su voluntad de instrumentar un plan de privatizaciones salvaje, en el contexto del cual no estarían exentas la salud y la educación». Y agregó: «Las presiones para privatizar la salud no son nuevas y se remontan a los ’90, cuando el decreto de autogestión hospitalaria 578-93 y los planes focales promovidos por el Banco Mundial (BM), como el Pressal, el Nacer, el Sumar y, luego, la CUS. El Plan Federal de Salud de 2006, la CUS de 2018 que promovió Mauricio Macri, y el Plan Vizzotti en 2022 fueron otros embates para cercenar la gratuidad y la financiación pública de la salud», sostuvo oportunamente.
Ante esta postura tajante de quien podría acabar siendo el presidente de la República, Boriotti indicó la «enorme preocupación» entre los trabajadores de la salud, dada la propuesta de destruir 1.700 hospitales y 6 mil centros de salud, «lo que contradice las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que, luego de la pandemia, llamó a fortalecer todos los sistemas públicos».
En este sentido, la dirigente sindical sostuvo que lo expuesto por Milei es «políticamente inviable», ya que «se enfrentaría a 25 millones de usuarios y a medio millón de trabajadores» en el país. Además, recalcó que la iniciativa del libertario «es una declaración de guerra a un patrimonio histórico y cultural, que es el sistema público. Esos planteos van a contramano de la historia y en contra de un derecho humano universal», concluyó.