Ikram visitó a su médico de confianza y el primer diagnóstico fue anemia, pues sus glóbulos blancos estaban por debajo del nivel adecuado.
“Hablamos del tema del cáncer dos o tres semanas antes, cuando tenía las citas y los análisis de sangre y demás, y yo me burlaba y le decía a mi mamá: ‘Lo dudo, tengo 17-18 años. ¿Cáncer? No seas tonta”, contó la joven. Pero eso resultó siendo premonitorio. El bulto no era solo un quiste, sino un linfoma de Hodgkin, un cáncer relativamente poco frecuente que se desarrolla en el sistema linfático.
“Estaba muy asustada, no voy a mentir. Acababa de cumplir 18 años y mi madre aguardaba fuera de la sala de espera. Empecé a llorar inmediatamente [cuando lo dijo el médico de cabecera], creo que ni siquiera sabía cuál era el verdadero significado. Me derrumbé y luego me dijo que, obviamente, era cáncer. Me derrumbé aún más. No tenía palabras”, contó al medio citado.
Como esto sucedió en el 2020, durante los momentos más duros de la pandemia, Gacem estaba sola cuando recibió la noticia de que tenía cáncer. Ahora, con su cáncer superado y como estudiante de leyes en la universidad, envía un mensaje a los jóvenes a escuchar su cuerpo y no confiarse. “Pensamos que estamos cansados por los exámenes, pero si algo no es normal, hay que revisarlo”, apunta.