Que era una de las esferas del dragón; que era un dispositivo mandado por China para espiar; que era el resto de una bomba submarina… Se dijo de todo en el lapso de una semana pero este lunes las autoridades de Japón informaron que la bola gigante que apareció en la playa de la ciudad de Hamamatsu era tan sólo un pedazo de basura.
Pero los investigadores de la Policía de la Prefectura de Shizuoka, en la costa meridional de Japón, le hicieron una radiografía a la esfera amarillenta de alrededor de 1,5 metros de diámetro sólo para confirmar que era parte de una boya, es decir, de la chatarra que flota a la deriva en el océano Pacífico.
«La bola será retirada eventualmente», aseguró el viernes pasado Hiroyuki Yagi, de la Oficina de Manejo Fluvial y Costero de la Prefectura de Shizuoka. El funcionario le dijo al sitio The New York Times que las autoridades ya habían contratado a una compañía de Japón para encargarse de la operación, que se realizó durante el fin de semana.
Ya retirada de la playa de Enshuhama, en Hamamatsu, la bola se convirtió en una imagen viral que dio pie a hipótesis sobre globos espías, visitas de otro planeta, huevos de Godzilla y hasta apariciones de mascotas del mundo del manga y animé.