Alemania, la primera economía europea, incumplió nuevamente en 2022 su objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero por haber recurrido a energías fósiles para compensar el recorte de gas ruso, según un estudio publicado el miércoles.
La emisiones alcanzaron el año pasado unas 761 millones de toneladas de CO2, aproximadamente lo mismo que en 2021, según los cálculos del grupo de expertos Agora Energiewende.
Con ello «se superó en cinco millones de toneladas» el objetivo de 756 millones de toneladas de CO2 establecido en la ley alemana de protección del clima, indicó en un comunicado este organismo de referencia.
Las emisiones cayeron en casi un 39% respecto a 1990, pero el país se sitúa todavía lejos de alcanzar el objetivo de reducción del 65% de ahora a 2030.
Para lograrlo, este organismo señala que Alemania debe doblar el ritmo de construcción de instalaciones solares y más que triplicar el de parques eólicos terrestres y marítimos.
Consumo de energía
En 2022, este disminuyó en un 4,7% respecto al año anterior, en parte debido al fuerte encarecimiento del gas y la electricidad vinculado a la guerra de Ucrania y a una meteorología templada.
Sin embargo, el uso de carbón y petróleo para producir electricidad se acentuó para reemplazar el suministro de gas ruso y aumentó las emisiones contaminantes.
«En 2023, el gobierno debe invertir la tendencia: menos energías fósiles y todavía más renovables», comentó Simon Müller, director de Agora Energiewende para Alemania.
El año anterior, un 46% de la electricidad procedió de energías renovables, lo que supone un récord, según el estudio. Pero Berlín quiere llegar al 80% para 2030.