Los gobiernos de Estados Unidos y Corea del Sur elaboran «una respuesta coordinada» ante la serie de posibles escenarios que plantea Corea del Norte, incluido el uso de «un arma nuclear», anunció este martes un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
Washington planea realizar ejercicios de simulación y ampliar otras áreas de cooperación en materia de defensa junto a Seúl, pero no está considerando ejercicios nucleares conjuntos porque Corea del Sur no está equipada con este tipo de armas, dijo el vocero citado por la agencia de noticias AFP.
Según una encuesta publicada el lunes de esta semana por la organización Hankook Research con sede en Seúl, capital de Corea del Sur, el 67% de los habitantes de ese país apoyaría la adquisición armas nucleares.
Los comentarios se divulgaron luego de que el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, afirmó que el «paraguas nuclear» estadounidense y su «disuasión ampliada» ya no bastan para tranquilizar a su país.
La oficina de Yoon dijo en un comunicado que los dos gobiernos están «en conversaciones para el intercambio de información, la planificación conjunta y la implementación conjunta respecto a la operación de activos nucleares de Estados Unidos en respuesta a las armas nucleares de Corea del Norte».
Yoon presionó en el pasado para que Washington y Seúl firmaran un acuerdo tipo OTAN en el que los surcoreanos fueran entrenados para usar las armas nucleares estadounidenses en un conflicto.
Sin embargo, por ahora, Corea del Sur deberá conformarse con una mayor cooperación en otras áreas.
Las declaraciones de hoy en Washington y Seúl se producen después de que el líder norcoreano Kim Jong-un pidió este domingo un «aumento exponencial del arsenal nuclear de Corea del Norte».
A mediados de diciembre, Corea del Norte disparó dos misiles balísticos de corto alcance en el Mar del Este, conocido también como Mar de Japón, y culminó así un año sin precedentes de lanzamientos, pese a las sanciones internacionales.
Estas pruebas -alrededor de 40 en el año-, son presentadas como una respuesta a las «provocaciones» de Corea del Sur, que realiza ejercicios militares, tanto de forma independiente como juntos con Estados Unidos y Japón.
En paralelo el gobernante Partido de los Trabajadores de Corea del Norte anunció también que el país «desarrollará un nuevo sistema de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) cuya misión principal será un rápido contraataque nuclear», según la agencia oficial de noticias KCNA.
El alto funcionario estadounidense, que AFP no identifica, reconoció que «las acciones y declaraciones de Corea del Norte son motivo de creciente preocupación».
También dijo que Estados Unidos y Corea del Sur están «trabajando juntos para reforzar» la postura disuasoria, lo que implicará hacer «simulaciones» sobre la respuesta a un ataque nuclear de Corea del Norte.
El Pentágono tiene muy claro su «postura nuclear» respecto a Pyongyang.
Un documento que establece las normas para el uso de armas nucleares indica que «cualquier ataque nuclear de Corea del Norte contra Estados Unidos o sus aliados y socios sería inaceptable y supondría el fin del régimen».
«No existe la hipótesis de que el régimen de Kim pueda sobrevivir al uso de armas nucleares», añade el documento.
Seúl y Washington dicen que Pyongyang quiere realizar pronto otra prueba nuclear, la séptima de su historia y la primera desde 2017.