Las inversiones más populares entre los argentinos, el dólar y el plazo fijo, tuvieron desempeños dispares este año, afectados por sus propias dinámicas. Mientras que el dólar blue tuvo un principio de año estable y con mayor volatilidad a mitad y final de año, la tasa de interés de referencia que actualiza los plazos fijos tuvo fuertes variaciones durante el segundo semestre, aunque se estabilizó hacia el final del 2022.
La tasa de interés que fija el Banco Central tuvo nueve aumentos este año y cierra el 2022 con un nivel de 75% anual, luego de haberlo iniciado en un 37%. El dólar blue por su parte acumulo a lo largo de 2022 una suba del 67%. Por su parte, el dólar oficial tuvo una variación en el año de 72,5%, levemente por encima del paralelo.
El economista Federico Glustein comparte un análisis más desagregado del desempeño de los instrumentos: «En el caso del plazo fijo comenzó el año con una tasa del 37% y después de varias subas, el 18 de septiembre la llevó a la tasa nominal anual de 75% con una TEA del 107%. Es decir, recién en aquel alza de septiembre podríamos decir que la tasa es relativamente superior a la inflación«, dijo en dialogo con Ámbito.
Glustein involucra también otra variable a la hora de analizar los resultados: «En ese aspecto, la pérdida en comparación a la inflación, en caso de renovar mes a mes, sería de aproximadamente un 23% en el año si se hubiera invertido exclusivamente bajo ese mecanismo».
Lo mismo puede aplicarse en el caso de optar por invertir en la moneda estadounidense: «En relación al dólar blue, la cotización pasó de $208 al inicio del año, el alza nominal roza el 68% con una inflación en torno al 95%. Es decir, manteniendo dólares a lo largo del año, el rendimiento negativo aproximado es del 26%, sin contar la inflación norteamericana que se encuentra en 7%, por ende la pérdida es mayor«.
Si bien ambas inversiones se vieron afectadas al compararse contra la inflación y aún más si se suma la suba de precios internacional, una de estas herramientas ofrece una mayor flexibilidad para obtener ganancia en el corto plazo: «Debido a la rigidez de la primera opción, los movimientos intradiarios y las escaladas de la divisa paralela permitían hacer determinados rulos para maximizar la ganancia, por lo que siendo operadores activos y predadores, la ganancia real del blue en relación al plazo fijo es mayor, aunque como es sabido, generalmente los dólares se conservan con poco movimiento».
Juan Pablo Albornoz, economista de Invecq, comparte la perspectiva. «Más allá de que el plazo fijo le ganó mínimamente al dólar (entre un 72% y 80% rindió dependiendo del momento en que se hizo la colocación a inicios de año por cómo se dio la suba de tasas), el dólar blue en el año avanza un 68%. Personalmente creo que el riesgo que se corrió al estar en plazo fijo por más de haberle ganado mínimamente al dólar no se justifica con el retorno ex post«.
Albornoz insiste también en la necesidad de ver el desarrollo temporal de los instrumentos: «En junio y julio, como también en los últimos dos meses los retornos medidos en dólares que generó un plazo fijo tradicional se evaporaron«.
Llama también la atención sobre la competitividad de otras herramientas a la hora de valorar las ganancias: «Distinta es la situación del equity local o, incluso, de algunos bonos CER soberanos como el TX23 que aún crisis de junio-julio y el estrés actual mediante todavía corren por encima del billete«.
El consultor Salvador Di Stefano suma otra herramienta como la triunfadora del año y apunta como ganador absoluto de 2022 a los plazos fijos UVA ya que arrojaron una tasa anual del 92,7%, mientras que el plazo fijo tradicional otorgó un 78,1% y el dólar blue aumentó un 69%.
En qué invertir en 2023
De cara al año que viene, según se conoció esta semana, el Banco Central analiza posibles reducciones de la tasa de interés. Hace tres meses la entidad no modifica la rasa de referencia a pesar de recurrir al instrumento en un intento de contener la inflación y del compromiso asumido con el FMI de mantener tasas de interés reales positivas. Sin embargo, desde la entidad monetaria apuntaron a Reuters que no está determinada la proporción del recorte de la tasa y que estará sujeta a la dinámica del año próximo y el desempeño de las principales variables.
«Para 2023, el BCRA espera mantener la tasa de interés real y la dinámica del paralelo dependerá del contexto económico y de los resultados electorales. Por ende, hasta agosto podríamos pensar en una mayor rentabilidad del plazo fijo pero a posteriori, el blue tendrá la delantera en la carrera entre ambos instrumentos», anticipa Glustein.
Para Di Stefano, hay que prestar atención al contexto político: «En 2023 el dólar blue va por la revancha. Pero hay que diversificar la cartera. Cuando hay elecciones presidenciales, como en el 2023, hay que diversificar».