Los líderes políticos franceses del bloque de izquierdas que quedó en primer lugar en las elecciones legislativas del domingo aseguraron que tenían la intención de gobernar de acuerdo con su programa de altos gastos, pero los centristas afirmaron que debían desempeñar un papel, ya que aquellos carecían de mayoría. El inesperado resultado de las elecciones anticipadas sumió a Francia en la incertidumbre justo antes de los Juegos Olímpicos de París, sin una vía clara hacia un Gobierno estable capaz de aprobar cualquier legislación en un parlamento fragmentado.
El izquierdista Nuevo Frente Popular (NFP) obtuvo el mayor número de escaños en la Asamblea Nacional, pero no alcanzó la mayoría absoluta por unos 100 escaños. Los centristas del presidente Emmanuel Macron quedaron segundos y el ultraderechista Reagrupamiento Nacional (RN), tercero.
Los líderes del partido se reunieron a puerta cerrada en varias ocasiones desde que se conoció el sorprendente resultado el domingo por la noche, para intentar llegar a un acuerdo sobre cuál de ellos debería ser primer ministro y cómo deberían gobernar sin mayoría. Jean-Luc Mélenchon, líder del partido de izquierda La Francia Insumisa (LFI), planteó que un Gobierno del NFP debería aplicar íntegramente su programa, que incluye el aumento del salario mínimo, la reducción de la edad de jubilación y la limitación de los precios del combustible, la electricidad y algunos alimentos básicos.
El programa político «no se puede trocear», declaró a última hora del lunes en la cadena de televisión TF1, rechazando la idea de una coalición con partidos ajenos al NFP. «Este país está sufriendo las mentiras de sus dirigentes, que prometen unas cosas y cumplen otras», expresó Mélenchon, argumentando que esa era una razón por la que el NFP debía mantenerse fiel a sus principios declarados.
Sin embargo, los centristas señalaron que el NFP estaba demasiado lejos de la mayoría para gobernar sin el apoyo de su propio bloque parlamentario. Insinuaron que el NFP debería disolverse para que sus elementos más moderados pudieran formar una coalición más amplia de partidos de centroizquierda, ecologistas, centristas y de centroderecha. «El bloque centrista está dispuesto a negociar con todos los partidos que compartan nuestros valores republicanos», señaló el ministro de Exteriores Stéphane Séjourné, líder del partido Renacimiento de Macron, en declaraciones a la emisora LCI.
Y se explayó: «Nuestras condiciones previas deben ser elaboradas, pero nuestras líneas rojas son bien conocidas». Enumeró el apoyo a la UE y a Ucrania, la lucha contra el racismo y el antisemitismo, la aceleración de la transición hacia una economía verde y el mantenimiento de los esfuerzos para impulsar el atractivo de Francia como destino de inversión. «Eso excluye necesariamente a Jean-Luc Mélenchon y a La Francia Insumisa de la ecuación gubernamental», puntualizó.
Pero Olivier Faure, líder del Partido Socialista, que obtuvo el segundo mayor número de escaños dentro de la alianza del NFP, justo por detrás de La Francia Insumisa, rechazó las propuestas centristas y la idea de romper el NFP. «Los electores han rechazado tres veces al Gobierno saliente, en las elecciones europeas y en las dos vueltas de las elecciones legislativas. El pueblo francés ha dejado claro que no quiere más de las políticas que se han llevado a cabo durante siete años», expresó en LCI, refiriéndose a la etapa de Macron como presidente.
A falta de claridad sobre cuándo podría formarse un nuevo Gobierno, Macron pidió el lunes al primer ministro, Gabriel Attal, que permanezca en el cargo por el momento, para dar estabilidad al país. En el seno del Nuevo Frente Popular, no parecía haber consenso sobre quién debería sustituir a Attal.
Mélenchon y sus aliados de LFI se pronuncian a favor de que sea alguien de su partido, ya que es el que obtuvo más escaños de todos los miembros de la alianza del NFP. Preguntado en TF1 sobre si quería el puesto, Mélenchon no se descartó, pero dijo que no tenía por qué ser él. «Soy parte de la solución, no del problema. (…) Lo hablaremos entre nosotros. En La Francia Insumisa tenemos varios candidatos que proponer», respondió, nombrando a sus estrechos aliados Manuel Bompard, Mathilde Panot y Clémence Guetté. Pero otros dirigentes de los partidos Socialista y de Los Ecologistas afirmaron que Mélenchon no podría ser primer ministro porque es demasiado divisivo.
Extracto y adaptación de un artículo escrito por Estelle Shirbon y Tassilo Hummel, para la agencia de noticias Reuters