Los equipos de búsqueda revisaban el domingo entre los escombros dejados por tornados provocados por tormentas que arrasaron las llanuras del sur de Estados Unidos, matando al menos a 14 personas y destruyendo cientos de edificios, mientras los meteorólogos advertían sobre un clima más severo durante el fin de semana festivo.
En Indiana, las tormentas retrasaron el inicio programado el domingo de la carrera de 500 Millas de Indianápolis, o Indy 500, el principal evento automotor de Estados Unidos que tradicionalmente se celebra durante el fin de semana del Día de los Caídos.
Al menos siete personas murieron y casi 100 resultaron heridas el sábado por la noche cuando un poderoso tornado azotó comunidades en el norte de Texas cerca de la frontera con Oklahoma, dijo el gobernador Greg Abbott en una conferencia de prensa al día siguiente.
Agregó que dos niños, de dos y cinco años de una sola familia, estaban entre los muertos en y alrededor de la pequeña ciudad de Valley View, en el condado de Cooke, que sufrió la peor parte del tornado.
Más de 200 casas y otras estructuras fueron catalogadas como destruidas, con otros 120 edificios dañados en una zona que se extendía más de 50 millas, dijo Abbott.
Decenas de automovilistas abandonaron sus vehículos en una carretera y huyeron a una parada de camiones cercana en busca de refugio cuando azotó el tornado. Según Abbott, unas 125 personas se refugiaron dentro de la gasolinera mientras el tornado destrozaba las instalaciones.
Todos los que estaban allí sobrevivieron, pero los equipos de rescate tardaron aproximadamente una hora en liberar a decenas de personas que estaban atrapadas entre los escombros.
«Solo estaba esperando que nos levantara o nos golpeara con algo encima», recordó Elizabeth Hernández, quien se había acurrucado dentro de un baño en el edificio, en una entrevista con la estación de televisión WFAA de Dallas. «No sé cómo eso no nos mató».
Casas móviles “desaparecidas por completo”
Un funcionario del Servicio Meteorológico Nacional consignó que el tornado de Valley View tuvo vientos máximos de 135 millas por hora. Varios tornados azotaron la región, pero aún no se ha determinado el número exacto, dijo.
A medida que la magnitud del desastre se hizo más evidente el domingo, los funcionarios estaban concluyendo las operaciones iniciales de búsqueda y rescate, dijo el gobernador. Añadió que las autoridades harían una última revisión de los edificios dañados en busca de posibles víctimas adicionales, pero que al final del día no se reportó la desaparición de nadie más.
El alguacil del condado de Cooke, Ray Sappington, señaló que algunas de las muchas casas rodantes en el área «desaparecieron por completo» después de la tormenta.
Imágenes de video tomadas después del desastre mostraron amplias franjas de casas y otros edificios en ruinas o reducidos a montones de escombros, con vehículos destrozados y árboles arrancados de raíz o despojados de ramas y follaje.
Un tornado también cruzó el sábado por la noche el condado de Denton, al noroeste de Dallas, dañando viviendas y otras propiedades y derribando cables eléctricos. Las autoridades dijeron que «varias personas» con heridas fueron transportadas a hospitales de la zona.
Más de 450.000 clientes de servicios públicos se quedaron sin electricidad el domingo en una región de 10 estados que se extiende desde Texas hasta Michigan, según el sitio web poweroutages.us.
Las autoridades de Arkansas también informaron de al menos tres muertes relacionadas con la tormenta desde la noche del sábado, incluida una mujer de 73 años en el condado de Baxter. Las autoridades describieron carreteras cerradas y obstruidas con escombros, árboles caídos y líneas eléctricas, casas y negocios destruidos, así como numerosos heridos.
Las tormentas causaron daños generalizados y al menos dos muertes el sábado por la noche en partes de Oklahoma.
El domingo, mientras las tormentas se desplazaban hacia el noreste, provocando un clima más extremo en el corazón de Estados Unidos, un paisajista murió a causa de un árbol derribado por vientos que soplaron a 80 mph en Louisville, Kentucky, informó la policía.
El Servicio Meteorológico advirtió sobre tormentas adicionales que se desplazan por los valles de Ohio y Tennessee, trayendo una combinación de vientos dañinos, granizo de gran tamaño y más tornados, así como fuertes aguaceros capaces de provocar inundaciones repentinas.
El último episodio de clima extremo se produjo pocos días después de que un poderoso tornado arrasó una ciudad rural de Iowa, matando a cuatro personas, y más tornados aterrizaran en Texas la semana pasada.
Mientras tanto, Estados Unidos se estaba preparando para lo que los meteorólogos gubernamentales han llamado una temporada de huracanes en el Atlántico potencialmente «extraordinaria» en 2024, que comenzará el 1 de junio.
(Reporte de Maria Caspani en Nueva York y Steve Gorman en Los Angeles; reporte adicional de Devika Nair y Jahnavi Nidumolu en Bengaluru; Editado en Español por Ricardo Figueras, Reuters).
