Ecuador confirmó que son 170 los trabajadores penitenciaron que siguen de rehenes en varias cárceles del país, en el contexto de la ola de violencia vinculada al narcotráfico que sacude a esa nación, mientras que en Guayaquil al menos cinco presos escaparon en una fuga que generó una espectacular persecución policial por tierra y aire.
«Las operaciones y protocolos continúan para liberar a 155 servidores del CSVP (Cuerpo de Seguridad y Vigilancia Penitenciaria) y a 15 miembros del personal de servicio administrativo, quienes se mantienen retenidos», informó el organismo oficial que administra las cárceles.
El agravamiento de la violencia empezó el domingo, cuando uno de los capos narco más temidos, Adolfo Macías, alias Fito, jefe de una de las principales bandas criminales del país, Los Choneros, desapareció de su prisión en Guayaquil.
A ello le siguió una arremetida violenta, con motines en las cárceles, policías secuestrados, ataques con explosivos y vehículos incendiados.
Al día siguiente se escapó también Fabricio Colón Pico, líder de Los Lobos, quien prometió entregarse si el presidente Daniel Noboa garantizaba su vida.
Varios penales quedaron entonces en manos de los reos, pero había diferencias en las cifras de los trabajadores retenidos: los medios locales ya hablaban de 170, aunque el balance oficial indicaba 178.
El viernes fueron liberados dos guías penitenciarios del penal de Turi y tres empleados administrativos del de Cañar.
En medio de esta situación, por la que el Gobierno decretó el estado de «conflicto armado interno», al menos cinco presos escaparon en las últimas horas de una cárcel en Guayaquil, según policías al frente de la persecución por tierra y aire que siguió a la fuga.
Dos helicópteros sobrevolaron el lugar con inmensos proyectores que rastreaban la pista de los prófugos, mientras agentes en moto apuntando y con la mano en el gatillo patrullaban la zona, constataron periodistas de la agencia de noticias AFP.
De acuerdo a los agentes en el lugar, dos de los presos fueron recapturados en la operación, que también incluyó drones y una treintena de policías alrededor de la prisión, donde están algunos de los narcos más peligrosos del país.
Videos en redes sociales no verificados mostraban a dos hombres en el suelo con las manos esposadas en la espalda.
Las autoridades no dieron un balance oficial el número de presos fugados ni recapturados.
El declarado «conflicto interno» ya dejó al menos 14 fallecidos en cinco días entre civiles, policías y reclusos.
Un país con una veintena de organizaciones criminales
En el país existen una veintena de organizaciones criminales, integradas por unos 20.000 miembros, y vinculadas a carteles colombianos y mexicanos.
Los narcos usan las prisiones como centros de operaciones, desde donde gestionan el tráfico de droga, ordenan asesinatos y pelean a muerte con rivales por el poder.
Un video grabado en la cárcel de Machala (suroeste) y confirmado por la policía aumentó el terror este viernes. El cadáver de un preso envuelto en plástico fue lanzado a la calle desde el interior.
También circulan imágenes no verificadas de maltrato a presos, donde se les ve desnudos o golpeados a patadas.
La ONU pidió al gobierno una respuesta «proporcionada» y respetuosa con el derecho internacional. La Organización de Estados Americanos (OEA) condenó las «acciones violentas».
Según cifras oficiales recientes, hay 859 detenidos, 57 «secuestrados» liberados, 25 fugados recapturados y 5 «terroristas» abatidos.