La disposición, por la que se exportará munición de artillería de alto poder explosivo de 155 milímetros y equipo relacionado, es la misma que se utilizó a principios de este mes para aprobar la venta de casi 14.000 cartuchos de munición de tanque de 120 milímetros a Israel para la guerra en la Franja de Gaza.
El secretario de Estado, Antony Blinken, determinó que «existe una emergencia que requiere la venta inmediata al gobierno de Israel» del armamento, según un comunicado que precisa que las municiones provendrán del inventario del Ejército estadounidense.
De esta forma, el Ejecutivo renuncia al requisito normal de revisión por el Congreso y evita así un potencial bloqueo de la oposición republicana que cuenta con mayoría en la Cámara de Representantes (Cámara baja).
El objetivo de esta nueva venta es, según el texto, mejorar la capacidad de Israel «como elemento disuasorio ante las amenazas regionales y para fortalecer la defensa de su territorio», por lo que esta acción «no alterará el equilibrio militar básico en la región».
«Estados Unidos está comprometido con la seguridad de Israel y es vital para sus intereses nacionales ayudar a Israel a desarrollar y mantener una capacidad de autodefensa fuerte y preparada. Esta propuesta de venta es consistente con esos objetivos», indicó el comunicado citado por la agencia de noticias Europa Press.
Por su parte, Hamas dijo que la venta era «una clara evidencia del absoluto patrocinio de esta guerra criminal por parte de la administración estadounidense».
El movimiento palestino criticó que el gobierno del presidente Joe Biden «se alinea visiblemente y apoya activamente todas las atrocidades perpetradas» por Israel, según un comunicado citado por la agencia de noticias AFP.
Agregó que esas atrocidades de guerra han conducido a la «matanza despiadada de niños y civiles, al desplazamiento forzado de residentes y a la destrucción sistemática de vidas civiles» en Gaza.
Israel prometió desmantelar a Hamas para evitar que vuelva a lanzar ataques como los del 7 de octubre, cuando milicianos del grupo infiltrados desde Gaza mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a otras 240, incluyendo a una veintena de argentinos.
Al menos 21.500 palestinos, la mayoría de ellos mujeres y niños, murieron en bombardeos israelíes o combates en Gaza, según el último balance difundido por el Ministerio de Salud del enclave, controlado por Hamas.