Desde comienzos de mayo, el Gobierno decidió incrementar el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias para que queden exceptuados todos aquellos trabajadores que cobren hasta $506.230 de sueldo bruto, como una manera de mejorar el poder adquisitivo.
A mediados de abril, y luego de que el Indec informara que la inflación de marzo fue de 7,7%, la ministra de Trabajo, Raquel «Kelly» Kismer de Olmos, aseguró que «no hay pérdida» adquisitiva del salario formal de los sectores público y privado frente a la suba de precios.
«Al 31 de marzo mantiene la capacidad adquisitiva del 31 de diciembre», manifestó Olmos en declaraciones radiales.