China anunció hoy que reabrirá sus fronteras a los turistas y reanudará la emisión de todas las visas mañana, en un intento por reactivar el turismo y su economía tras una paralización de tres años por la pandemia de Covid-19.
El anuncio constituye un paso más de China en su reapertura pocos meses después de empezar a desmantelar la restrictiva estrategia «cero covid» impuesta a lo largo de la pandemia y tras haber proclamado una «victoria decisiva» sobre el virus, el mes pasado.
La nueva política también restablecerá la posibilidad de otorgar entradas sin visa a algunos viajeros, como los visitantes que llegan en cruceros a Shanghái o los grupos de turistas que arriban desde Hong Kong, Macau y algunos países del Sudeste Asiático.
La decisión «facilitará más los intercambios entre la población china y extranjera», afirmó el comunicado.
La nota no especificó si se requerirían certificados de vacunación o pruebas negativas de Covid-19.
No obstante, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Wang Wenbin, dijo hoy a periodistas que China había “optimizado las medidas para las pruebas remotas de personas que vienen a China desde países relevantes”, lo que permite pruebas de antígeno antes de abordar el avión, en lugar de pruebas de ácido nucleico.
“Todo esto se ha implementado bien, y el riesgo de epidemia es, en general, controlable”, dijo Wang en una sesión informativa diaria, informó la agencia de noticias china Xinhua.
Antes de que se impusiera el confinamiento a causa del virus, China recibió en 2019 a 65,7 millones de visitantes internacionales, según la Organización Mundial del Turismo de la ONU.
Pero mientras la mayoría de países inició la reapertura de viajes internacionales mucho antes, China apenas comenzó a salir de sus drásticas medidas dentro de la política de «covid cero» a finales de 2022, luego de protestas contra esas restricciones.
Las manifestaciones de fines de noviembre pedían mayores libertades e incluso la renuncia del presidente Xi Jinping, una oposición al régimen comunista que no se veía desde el levantamiento prodemocracia que el ejército reprimió en 1989.
A comienzos de diciembre, las autoridades chinas pusieron fin al régimen de pruebas masivas, confinamientos y largas cuarentenas, pero al hacerlo provocaron un repentino pico de casos de coronavirus.
China aunció a fines de diciembre que los visitantes llegados de fuera de sus fronteras ya no tenían que cumplir una cuarentena, pero mantuvo las restricciones de visado para los extranjeros.
En ese momento, dijo que «continuaría ajustando su política de visados para extranjeros que visiten China de una manera científica y dinámica de acuerdo con (…) la situación de la pandemia».
También reanudó el trámite de pasaportes chinos para «turismo» o «visitas de amigos al extranjero».
Con el aumento de los casos en China durante las fiestas de Año Nuevo, varios países, incluidos Japón y Corea del Sur, restablecieron las restricciones para visitantes chinos, a lo que Beijing respondió imponiendo sus propias limitaciones en represalia.