El presidente ruso, Vladimir Putin, suspendió la participación de su país en el único acuerdo bilateral de desarme nuclear que existe con Estados Unidos y acusó a las potencias occidentales de buscar convertir el conflicto en Ucrania en un escenario de «confrontación global», al brindar su discurso anual ante las dos Cámaras del Parlamento tres días antes del primer aniversario de la invasión.
«Rusia suspende su participación en el Tratado sobre la Reducción de Armas Estratégicas (conocido como New Start)», dijo Putin en su mensaje a la Asamblea Federal y calificó de «un teatro de absurdo» los llamamientos de la OTAN a que su país «vuelva a cumplir» con el tratado y permita que los expertos occidentales inspeccionen las instalaciones militares y nucleares rusas en la actual situación de confrontación.
Sin embargo, mientras la palabras del mandatario ruso generaban alarma en el mundo, su Ministerio de Relaciones Exteriores aclaró que seguirá respetando las limitaciones impuestas a su arsenal nuclear por el tratado Nuevo START, pese a la decisión anunciada horas antes por el presidente Vladimir Putin de suspender su participación en ese acuerdo ruso-estadounidense de desarme.
«Rusia mantendrá un enfoque responsable y seguirá respetando rigurosamente, durante la duración del tratado, las limitaciones cuantitativas de las armas estratégicas ofensivas», indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores, reportó AFP.
El ministerio ruso justificó esta decisión por las «acciones destructivas de Estados Unidos», al que acusó de múltiples violaciones del texto firmado en 2010, que «ponen en peligro su funcionamiento».
Según Moscú, la «hostilidad extrema» de Washington y su «compromiso abierto con una escalada maliciosa del conflicto en Ucrania» crearon un «entorno de seguridad fundamentalmente diferente» para Rusia.
«Estados Unidos y el Occidente que lidera intentan perjudicar a nuestro país a todos los niveles, en todos los ámbitos y en todas las regiones del mundo», afirmó la diplomacia rusa, argumentando que el «statu quo ya no es posible».
Por otra parte, Rusia considera que el arsenal de las tres potencias nucleares de la OTAN –Estados Unidos, Francia y el Reino Unido– «debe combinarse y tenerse en cuenta conjuntamente en el proceso de limitación y reducción», mientras que el Nuevo START solo concierne a Moscú y Washington.
Este tratado firmado en 2010 es el último acuerdo bilateral de este tipo que vincula a ambas potencias: obliga a los dos antiguos rivales de la Guerra Fría a tener un máximo de 1.550 ojivas nucleares desplegadas cada uno (30% respecto al límite establecido en 2002) y a cumplir una serie inspecciones mutuas presenciales.
Rusia ya había anunciado a principios de agosto pasado la suspensión de los monitoreos estadounidenses en sus instalaciones militares en el marco del acuerdo, como respuesta a lo que señaló como obstáculos a las inspecciones rusas en Estados Unidos.