En la novena jornada del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, la última persona en declarar fue Francisco Mateo Santoro – amigo de Pablo Ventura, el remero incriminado falsamente por Máximo Thomsen -, quien aseguró conocer solamente «de vista» a los acusados, aunque aportó algunos datos interesantes sobre el manejo que el grupo de jóvenes de Zárate solía tener cuando salían a bailar.
El joven, también oriundo de Zárate, declaró hoy en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 de Dolores que a los rugbiers «les divertía pelear» y que «provocaban a otros con empujones, con un toque en la cabeza o un vaso derramado» para poner «a prueba» la reacción de la otra persona e iniciar una contienda.
En este sentido, el zarateño remarcó que cuando los imputados hacían esto lo mejor que te podía pasar era «quedarte callado» porque «si reaccionabas, ya sabemos el resultado».
Además, en su declaración apuntó certeramente hacia los Pertossi, en especial, quienes en enero de 2019 formaban parte de un grupo que agredió a la salida de un boliche a un chico, al cual dejaron hospitalizado con fractura de cadera.
De acuerdo a lo comentado por Santoro, «el que siempre te ponía a prueba con empujones o lo que sea era Lucas Pertossi» y se refirió al «enojo» que esto generaba en la comunidad de la localidad a la que pertenecen.
Finalmente, el joven amigo de Ventura agregó que los acusados de matar al joven estudiante de Derecho «siempre se movían en grupo» y que «no se puede decir que tenían una pelea porque era uno contra un grupo».
Por esta razón, el abogado de la familia Báez Sosa, Fernando Burlando, argumentó contra los acusados de homicidio agravado que su modus operandi era «atacar cuando tenían mayoría numérica», previa provocación sin motivo para dar lugar a la riña.