El doctor Alisdair MacConnachie, entrevistado por la BBC, considera que se trata del único especialista en todo Reino Unido que trabaja en esta práctica que, poco a poco, se está haciendo más famosa en todo el mundo. La utiliza para tratar la infección de Clostridium difficile.
Después de probar todos los tratamientos comunes, al paciente se le recetan antibióticos hasta la noche de antes de la operación. La misma mañana, el donante llega al hospital y produce una muestra. Lo ideal es que el donante viva en la misma casa que el paciente, para que tuvieran la misma flora intestinal.
Después los médicos extraen 30 gramos de heces, lo mezclan en una batidora con agua salada y se mete en un filtro de café. Lo que se obtiene es una sustancia acuosa. El doctor MacConnachie inserta un tubo por la nariz del paciente para poder llegar al intestino aunque otros doctores utilizan otras vías, como la anal.
«Suena asqueroso y es asqueroso y creo que hay médicos a los que les disgusta el mero hecho de abordar el asunto con sus pacientes», explicó el doctor.