La sorpresiva decisión de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner de renunciar a cualquier candidatura en 2023 tras la condena del Tribunal Oral Federal 2 en la causa Vialidad anticipó en el Frente de Todos el interrogante sobre cómo definir la estrategia electoral para el año próximo, mientras organizaciones políticas y gremiales se preparan para marchar el lunes 19 en respaldo de la exmandataria.
Mientras todos los sectores de la coalición oficialista se disponían a escuchar el veredicto del TOF 2 y salir a la calle con una movilización contra sectores del Poder Judicial, en los oídos quedaron grabadas a fuego las palabras de la propia Cristina Kirchner, quien desde su despacho del Senado y por sus redes sociales hizo un renunciamiento a ser candidata el próximo año.
«No voy a ser candidata a nada, ni a Presidenta, ni a senadora; mi nombre no va a estar en ninguna boleta. Termino el 10 de diciembre y me vuelvo a mi casa, la misma de la que salí un 25 de mayo de 2003 para acompañar a quien fue mi compañero (Néstor Kirchner)», fueron las palabras que nadie esperaba y que muchos no querían escuchar.
«Fue una bomba inesperada», coinciden en cada uno de los espacios del FdT, donde todavía no reaccionan a la determinación de que la dirigente más convocante en las urnas no figure en ninguna lista.
El cántico ‘Cristina Presidenta’, que entonaban a viva voz las bases militantes y gran parte de la dirigencia, junto a la ilusión que había generado la frase ‘Voy a hacer lo que tenga que hacer’, había hecho que en el oficialismo crecieran las expectativas de que Cristina Kirchner podría calzarse otra vez el traje de candidata presidencial.
Esa posibilidad parecía cada vez más factible tras el acto de La Plata, donde la Vicepresidenta estrenó el lema ‘La Fuerza de la Esperanza’ y citó a Juan Domingo Perón para hablar sobre su futuro: «Todo a su tiempo y armoniosamente».
Ese era el marco previo a la sentencia judicial en la causa Vialidad del martes pasado que, según ella se encargó de advertir, «ya estaba escrita», por lo que todos los sectores del oficialismo daban por descontado un fallo condenatorio en su contra.
Sin embargo, la decisión de CFK paralizó al oficialismo mientras que puertas adentro ahora crece el debate sobre qué dirigente peronista tiene las mejores condiciones para, en lo posible, tratar de ocupar el lugar que la exmandataria dejará vacante.
Ya con el rol de «líder y armadora», Cristina Kirchner encabezó un encuentro en Ensenada en la misma noche en la que se conoció la sentencia del TOF 2, y allí pidió a los dirigentes de la mesa chica del kirchnerismo y del peronismo de la provincia de Buenos Aires que tomen el famoso «bastón de mariscal» como atributo de mando, de cara al futuro del espacio político que encarna el proyecto nacional y popular.
Así lo manifestó el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, quien sostuvo que la imagina a Cristina Kirchner «liderando, construyendo y dándole al peronismo el contenido que tiene que tener».
Además, agregó Katopodis, «el año que viene (la Vicepresidenta) va a convocar a todos a que tomemos la posta y ampliar nuestro frente».
La decisión de CFK paralizó al oficialismo mientras que puertas adentro ahora crece el debate sobre qué dirigente peronista tiene las mejores condiciones para, en lo posible, tratar de ocupar el lugar que la exmandataria dejará vacante.
La segunda sorpresa, según miembros experimentados del PJ bonaerense, fue la reacción mayoritaria del peronismo que se volvió a unir detrás de la figura de la exmandataria a pesar de que no será candidata.
«El peronismo está unido junto a la Vicepresidenta y eso es porque se le reconoce el liderazgo, ya que al no ser candidata a nada podría haber perdido el apoyo y sin embargo nadie se fue ni realizó alguna actividad para posicionarse como posible candidato», reflexionó un intendente bonaerense.
En la misma sintonía, el titular de la bancada del FdT en Diputados, Germán Martínez, advirtió que «si alguien cree que ella va a dejar de incidir, no solamente en el armado sino también en el plano público de los grandes debates que tiene la Argentina, la está menospreciando», lo que fue leído como un mensaje hacia adentro del propio oficialismo.
Pero, más allá del rol preponderante de Cristina Kirchner, el FdT transita por una situación similar a los meses previos al 2015 y busca no repetir los mismos errores, por lo que empieza a crecer la danza de presidenciables.
Hasta ahora, sin decir nada explícitamente, se anotan en la carrera presidencial el propio primer mandatario Alberto Fernández; el ministro de Economía, Sergio Massa; el ministro del Interior, Eduardo ‘Wado’ De Pedro; el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli; el jefe de Gabinete, Juan Manzur; y el gobernador chaqueño Jorge Capitanich.
Reelección de Alberto Fernández
Respecto a la posibilidad de que Alberto Fernández busque ser reelecto, el Presidente había anticipado meses atrás su intención de postularse y, en ese caso, disputar la candidatura en unas PASO del FdT, lo que en su momento generó algunos cortocircuitos dentro de la coalición.
Sobre ese punto, en una entrevista concedida esta semana al medio británico The Financial Times, Fernández dijo que la cuestión no está entre sus prioridades inmediatas. «No estoy pensando en la reelección», planteó.
Otro nombre que se menciona es el del ministro de Economía, Sergio Massa, una posibilidad que surge de forma casi inmediata desde que el exintendente de Tigre asumió el Palacio de Hacienda.
Fernández dijo que la cuestión no está entre sus prioridades inmediatas. «No estoy pensando en la reelección»
Los próximos pasos del tigrense estarán asociados a que las políticas para controlar la inflación den sus frutos en los primeros meses de 2023, aunque desde el entorno del ministro descartan que tenga la intención de ser candidato en esta oportunidad.
Si el mapa político del peronismo no contará con Cristina Kirchner, Alberto Fernández o Sergio Massa como candidatos, Scioli aspiraría a anotarse en búsqueda de «la revancha» del duelo con Macri de 2015, según admiten en su círculo más íntimo.
Por parte de los gobernadores peronistas, un dirigente que no descarta competir es el tucumano Manzur, que dejó la provincia para ocupar un cargo en el Gobierno nacional en un momento complejo.
En el caso de que no prospere la idea de Manzur candidato, se suman a la lista de gobernadores con aspiraciones presidenciales el chaqueño Capitanich y el sanjuanino Sergio Uñac.
Uno de los que tiene contacto continuo con los mandatarios provinciales y participa en diferentes encuentros con sectores sociales, diplomáticos y empresariales es el referente camporista De Pedro, quien sería el único kirchnerista puro en esa lista.
De Pedro, mercedino, no descarta estar en el lote de los dirigentes del FdT con protagonismo político en el futuro cercano.
Otro de los apellidos que surgen desde el kirchnerismo es el gobernador bonaerense Axel Kicillof, quien no se anotó nunca en esa carrera porque sus planes son claros y están muy avanzados: reelegir en la provincia de Buenos Aires.
Mientras rondan los nombres, otros especulan con una suerte de operativo clamor para que la Vicepresidenta cambie de opinión y asuma alguna candidatura, pero una de sus dirigentes más cercanos, el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense Andrés Larroque aseguró: «Conociéndola a ella, me parece que la decisión es terminante».