Las criptomonedas frente al contexto económico más adverso de su corta historia

La actualización del sistema de validación de Ethereum (ETH), la segunda criptomoneda más importante del mundo con casi US$ 200.000 millones de valor de mercado, abre el interrogante sobre el futuro de una industria que demuestra una capacidad de evolución permanente y que, a la vez, enfrenta el escenario macroeconómico más adverso de su corta historia.

En madrugada del último jueves se completó «The Merge» -«La Fusión», en inglés-, una actualización del software con el que se certifican las operaciones que ocurren en la red de Ethereum que demandará solo el 0,05% de la energía que se usaba previamente.

Puntualmente, Ethereum cambió su modelo de Prueba de Trabajo -Proof of Work o PoW, en inglés-, en el cual miles de computadoras compiten por resolver complicadas ecuaciones para desbloquear nuevos tokens digitales o validar transacciones, al nuevo Prueba de Participación -Proof of Stake o PoS, en inglés-, a partir del cual serán directamente los usuarios de la blockchain de ETH los que verifican las transacciones utilizando sus activos existentes.

«El cambio del protocolo de consenso a PoS puede considerarse como uno de los eventos más importantes del ecosistema cripto. Por supuesto, como todo evento de este nivel, trae muchas especulaciones sobre qué sucederá», dijo a Télam Juan José Méndez, CBO de Ripio.

En ese sentido, se espera una sustancial reducción del gasto de energía que necesitará la Blockchain de Ethereum para funcionar -se estima que consumirá un 99,95% menos de electricidad- y una mayor descentralización, ya que para ser validador solo es necesario contar con 32 ETH para activar un validador propio y ya no será necesario tener hardware específico como sucede hasta ahora con PoW.

Esto último permite que, en lugar de los cerca de 8 mil validadores que tenía distribuidos en todo el mundo, la red de Ethereum pase ahora a tener cerca de 400 mil validadores, 50 veces más descentralización que la que tenía antes el sistema. Además, se espera que nuevas actualizaciones programadas para los próximos meses permitan que la capacidad de la red pase de 15 transacciones por segundo a 100 mil.

«Este será otro cambio importante para que Ethereum siga creciendo y desbloquee más casos de uso y adopción, dejando de ser el ecosistema más grande con mayor cantidad de valor pero muy limitado, y pasando a tener capacidad para toda la humanidad», sostuvo Méndez.

Sin embargo, no son todas buenas las noticias para el mundo cripto. Tras haber tocado un máximo de capitalización de US$ 3 billones en noviembre de 2021, el mercado perdió casi un 70% del dinero invertido desde entonces, hasta alcanzar los US$ 930.000 millones este fin de semana. El elemento central de esta caída es el malestar generalizado desatado en los mercados que anticipa una nueva y fuerte crisis mundial.

La escalada de tasas de interés en todo el mundo ante la mayor disparada inflacionaria en décadas, los efectos sobre el precio de la energía y las materias primas que tiene la guerra entre Rusia y Ucrania y las nuevas medidas de restricción de movilidad en China por su política de «Covid 0» han puesto al mundo en un nuevo escenario recesivo tras el fuerte cimbronazo por la pandemia en 2020 y desde 2008 de manera general.

Un dato de importancia a tener en cuenta es 2008 fue el año de la creación de Bitcoin.

«Si bien Bitcoin tiene poco más de diez años, hace menos de cinco que empezó a crecer el uso de cripto. Estamos todavía en una etapa muy inicial de la tecnología y es esperable que haya fluctuaciones en el precio», dijo a Télam Maximiliano Hinz, director de la firma Binance para Latinoamérica.

Al respecto, aseguró que «aún queda mucho camino por recorrer y mucha educación», ya que «la adopción de cripto a nivel global es de entre el 6 y el 8 por ciento, mientras que, por ejemplo, las tarjetas de crédito están en 12 por ciento».

«A medida que la adopción sea más masiva, creo que los precios serán más estables», apuntó Hinz.

Para tener una idea, durante los últimos meses la cotización de Bitcoin (BTC) y la mayoría de las criptomonedas se derrumbó por completo, con caídas de hasta el 95% en algunos casos, por lo que nada indica que ante el escenario macro este sea el piso del mercado.

Si bien el llamado «bear market» o mercado bajista es tomado como una oportunidad para los usuarios más longevos de las criptomonedas acaparar más proyectos con mayor proyección, el alto riesgo y la fuerte volatilidad de precios obligan a pensar muy cuidadosamente qué capital invertir en esta clase de activos.

«Es necesario entender que estamos en una etapa de adopción y es muy importante mantener la visión a largo plazo, aprovechar el enfriamiento del mercado para estudiar los proyectos y repensar la conformación del portafolio cripto. Hay que mantener la calma para no tomar malas decisiones, ya que es entendible que las caídas de precios pueden generar inseguridad, pero no hay que dejar de tener en mente el escenario futuro a largo plazo una vez que la adopción sea masiva», sostuvo Méndez.

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