La Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) dará este martes inicio a una nueva reunión monetaria que se extenderá hasta el miércoles, y donde se espera una nueva alza de sus tasas de interés de referencia de, al menos, 75 puntos básicos.
Frente a una inflación que llegó en junio a un récord en 40 años de 9,1%, la FED sucesivamente dispuso nuevas alzas en las tasas de interés con el objetivo de frenar la escalada en los precios.
La primera suba en las tasas, de 25 puntos porcentuales, fue en marzo y representó la primera modificación al alza desde el 2018, luego de ubicarse en niveles mínimos cercanos al 0% para sostener la economía durante la pandemia de Coronavirus.
Tras lo cual, en mayo y en junio, la FED dispuso nuevos incrementos de 50 y 75 puntos, respectivamente, dejando a la tasa de interés en un rango de 1,5% a 1,75%.
Las subas en las tasas, al promover el ahorro y encarecer el crédito, busca reducir la cantidad de circulante, y se trata de una táctica que suele utilizarse en escenarios de alta inflación y de una economía recalentada, como es el caso estadounidense donde la oferta –por diversas circunstancias, incluidas las dificultades en las cadenas de suministro- no puede sostener a la demanda.
Las subas en las tasas, al promover el ahorro y encarecer el crédito, busca reducir la cantidad de circulante, y se trata de una táctica que suele utilizarse en escenarios de alta inflación y de una economía recalentada
Si bien la mayoría de los operadores del mercado se decanta en un nuevo ajuste de 75 puntos básicos –replicando la suba de junio, que fue la más alta desde 1994-, los grandes bancos de inversión estiman que la FED podría ir mas allá con una suba de 100 puntos para dar una señal fuerte de que busca controlar la suba de precios.
El propio presidente de la FED, Jerome Powell, no descartó tal suba en su última audiencia en el Capitolio y subrayó que las autoridades tomarán las medidas necesarias para “restaurar la estabilidad de precios”.
Sin embargo, la política agresiva de la entidad monetaria podría tener el costo de que el país entre en recesión y ya hay indicadores de actividad económica que sugieren que el país entró en dicha situación en el segundo trimestre, tras registrar una caída en su Producto Bruto Interno (PBI) en el primer periodo del año.
Especialistas de Morgan Stanley y Goldman Sachs estimaron que por la persistencia de la inflación, es posible que la FED continúe con su política de suba de tasas pese a la caída de la economía.
El CEO del J.P. Morgan, Jamie Dimon, alertó, en declaraciones difundidas por la agencia Bloomberg que los riesgos de que los Estados Unidos entren en recesión están «más cerca de lo que estaban antes”.
“El destino de la economía dependerá en gran medida de la rapidez con la que la FED suba las tasas de interés», agregó Dimon.