Xiomara Castro juró y se convirtió en la primera mujer gobernante de Honduras

Xiomara Castro asumió este jueves como presidenta de Honduras, la primera mujer en llegar a ese cargo, en un acto desarrollado en el Estadio Nacional de Tegucigalpa, que estuvo colmado por sus seguidores y con el primer desafío de apagar una crisis en el Parlamento que ya amenaza su liderazgo.

Castro juró ante la jueza Karla Lizeth Romero, luego de que Luis Redondo, presidente de la junta paralela del Congreso Nacional, iniciara la sesión.

«Prometo ser fiel a la República, cumplir y hacer cumplir la Constitución y sus leyes», juramentó Castro, mientras su nieta, Irene Zelaya, sostenía la Carta Magna de la República y su esposo, Manuel Zelaya, desplegaba la banda presidencial que utilizó durante su mandato, interrumpido por un golpe de Estado en 2009, y se la traspasó a Castro.

Precisamente sobre el conflicto parlamentario, el miércoles Castro le ofreció al disidente Jorge Cálix el puesto de Coordinador de Gabinete, y el otro presidente del Congreso agradeció y quedó en que «pronto» recibirá su respuesta.

Ya en el acto de ste jueves, tras destacar en el inicio de su discurso la presencia de la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, de la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris y del rey de España Felipe VI, Castro dijo que «la Presidencia nunca ha sido asumida por una mujer en Honduras, han tenido que pasar 200 años desde que se proclamó la independencia«, y señaló que con su asunción se están «rompiendo cadenas» y «tradiciones».

Al analizar la actual situación económica afirmó: «Mi gobierno no continuará el saqueo que ha condenado a los jóvenes a pagar la deuda que contrajeron a sus espaldas», además de «arrancar de raíz la corrupción de 12 años de dictadura».

La flamante mandataria refirió que «la catástrofe económica no tiene parangón en la historia del país» y enumeró el aumento «del 700% de la deuda» y «el crecimiento de la pobreza al 74%», que transformó a Honduras «en el país más pobre de América Latina», lo que desembocó en la «caravana de miles de personas que huyeron para México o Estados Unidos, buscando la forma de subsistir sin importar el riesgo de sus vidas».

«Tenemos el deber de restaurar el sistema económico sobre la base de la transparencia, producción y justicia social», completó Castro.

La Presidenta señaló que por el pago de créditos tomados se insume en conceptos de intereses y capital «el 50% de los ingresos del Presupuesto», y admitió que «el Estado no tiene la capacidad de sostener la bochornosa deuda heredada», lo que llevará a «una reestructuración con acreedores privados y públicos».

«Si la de los ’80 fue la década perdida, esta fue la década más corrompida de la historia de Honduras«, subrayó, y apuntó a «la seguridad jurídica, ciudadana y social», además de la seguridad de «hablar con libertad» y en donde «el disenso racional es admitido».

Castro adelantó que regresarán las «consultas populares» y solicitará al Congreso «la ley de participación ciudadana» para ese propósito, y puntualizó: «No más silencio ante los feminicidios, no más sicariato, no más narcotráfico ni crimen organizado».

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